Una de SARS-CoV y otra de arena

El Covid ha marcado un antes y un después en todos los ámbitos de nuestra vida. También en lo profesional. La pandemia ha afectado a todos los sectores, y el sector cultural no iba a ser diferente. Desde la forma de organizar los eventos, hasta la propia conceptualización de los espectáculos, hemos tenido que adaptarnos. Por ejemplo, la cercanía con el público o la elección de personas voluntarias han desaparecido.

Con todo, de toda experiencia se puede sacar algo positivo. A pesar de las cancelaciones de shows o la pérdida de interacción más directa con el público, la nueva forma de organizar los eventos nos ha dejado algunos cambios que podrían quedarse y ser beneficiosos para el sector de la cultura.

Control de aforo en el sector cultural

Con la intención de respetar la distancia de seguridad, se ha implementado el control de aforo, también en espectáculos al aire libre. Además, se ha empezado a colocar sillas para que el público se mantenga estático y se cumpla el protocolo sanitario. Como consecuencia, ahora es necesario reservar las entradas de cualquier tipo de espectáculo.

Así que, aunque en muchos casos, como en las compañías de teatro, y especialmente en las que hacen humor, tener al público con mascarilla suponía no poder ver sus caras y, por tanto, sus sonrisas, algunas de las medidas sí trajeron notables ventajas.

Las ventajas de la reserva

El hecho de que haya que reservar entradas hace que el programador cultural sepa si hay que promocionar más o no el evento. Esto puede parecer algo sin importancia, sin embargo, esta medida ayuda a hacer seguimiento y conocer la asistencia de antemano. Además, si la previsión es a la baja, permite emplear recursos en promocionar el show y mejorar la tasa de asistencia a tiempo.

La ventaja de este método no acaba ahí, la reserva de entradas, incluso en espectáculos gratuitos y al aire libre también funciona como un filtro. Es decir, al existir una reserva que funciona como “compromiso”, aquellas personas que no estaban 100% interesadas en el show, en muchos casos preferirán no hacer la reserva. Así, se consigue un público más afín e interesante. Con todo, son muchas las personas que reservan y luego no acuden a la función. ¡El ghosting está feo y en el teatro también! Pero de esto hablaremos en otro post.

Tomar asiento, un gran acierto

Antes de la pandemia, en muchos espectáculos el público se sentaba en el suelo, cuando no se quedaba de pie o, en el mejor de los escenarios, sentado sobre moqueta. Actualmente, la mayoría de show cuentan con sillas en las que acomodar al público. Además de aportar una mayor comodidad a los asistentes, esto mejora la organización y ayuda a focalizar la atención en la obra. ¡Otro win-win!

El Covid-19 ha sido una experiencia que todas preferiríamos no haber vivido, pero nos ha aportado algunas enseñanzas valiosas. ¡Aprovechemos este aprendizaje!

Desde diferentes compañías de teatro ya se perciben las ganas e ilusión del público por disfrutar con ganas de la cultura. Desde la primera cuarentena las personas están más predispuestas, llenas de sensibilidad y ganas de teatro y diversión ¡Vamos a darles la mejor función! Una en la que puedan sentarse cómodamente, en la que puedan asegurar su asistencia mediante reserva y en la que se sientan seguros. Porque si algo nos ha demostrado esta experiencia es la importancia de la cultura para el ser humano y su papel en el cuidado de la salud mental. Show must go on!

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